Monday, August 12, 2013


Un Franco, 14 pesetas
una película por Carlos Iglesias (2004)

            Hay ciertos temas que los humanos discuten sin fin, y que siempre necesitan interpretación o un ángulo fresco.  La emigración es una historia así, la cual casi todos están conectados y la que incluye decisiones graves, esperanzas y tristezas.  En su película “Un Franco, 14 pesetas”, Carlos Iglesia presenta muchos de los conflictos centrales y profundos de una migración de una patria y cultura querida hasta una oportunidad para trabajar, usando el trasfondo de España durante del tiempo de Franco.  La historia sigue a dos amigos de Madrid, uno con raíces hondas, Martín, con una esposa inquieta y ambiciosa y un niño querido, y el otro, Marcos, libre e interesado en la aventura.  Los dos huyen de su patria porque apenas pueden ganar bastante dinero para sobrevivir y llegan a un pueblo pequeño en Suiza donde habían oído de un taller que necesitaba maquinistas.  Los dos logran su búsqueda de trabajo y acostumbrarse a una vida bonita y sencilla.  Encuentran el amor y la amistad, el éxito con el trabajo y con una lengua nueva.  

     Eventualmente sus parejas y familias se juntan a ellos y cumplen la transición a una vida nueva.  Aquí comienza el conflicto de la película.  Aunque todo parece bien en la superficie, hacen falta unas cosas intangibles.  La amistad de Martín y su hijo contrasta con el sentimiento de Pilar, su esposa, quien no quiere quedarse lejos de casa y presiona a él para regresar.  A ella la transición cultural le cuesta mucho, y como la alpha de la familia, insiste que regresen.  Renuentemente, regresan a Madrid, a una realidad más dura que la que habían tenido en Suiza, y forcejean asimilar lo nuevo.

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